Santuario natural con fauna y rincones acogedores

En la auténtica ciudad de vacaciones de Rørvig, encontrarás un pequeño oasis, perfecto para la pareja o la pequeña familia a la que le encanta estar cerca. La vida está hecha para vivirla aquí, incluso cuando no se puede estar fuera, por eso hemos hecho de la fusión de la vida en el interior y al aire libre una virtud. La casa es pequeña, pero permite estar cerca unos de otros en un entorno acogedor y relajante.

El corazón de la casa está formado por una cocina-salón familiar en la que se puede disfrutar de la naturaleza que hay justo al otro lado de los grandes ventanales panorámicos, ya sea sentado en el sofá frente a la estufa de leña o en la mesa del comedor. En esta casa de vacaciones se cocina mucho, lo que queda patente en la cocina, que está bien equipada con mucho más de lo que normalmente se espera de una cocina en una casa de vacaciones. Aquí encontrará de todo, desde ollas de cobre y deliciosos cuchillos para carne hasta una gran selección de especias, tanto secas como frescas, si es que los ciervos no las han descubierto antes. La decoración es de estilo rústico francés con un toque especial, donde todo tiene una historia y se ha coleccionado con cariño a lo largo de los años. Crea un ambiente muy especial con artesanía y hallazgos de mercadillo en formas y moldes rústicos. La casa tiene dos dormitorios; uno con cama de matrimonio y acceso directo a la terraza al oeste, y otro con dos camas individuales que se pueden separar si se desea. La casa tiene todo lo necesario, ni más ni menos.

La gran escalera que comunica con la terraza de madera también es el lugar perfecto para disfrutar de una copa de rosado helado y pasar el rato en los grandes cojines cuando el sol está más alto en el cielo. El jardín es salvaje a propósito, con senderos en la hierba que recorren el amplio terreno. Aquí puede explorar los rincones del jardín, donde se han creado pequeñas zonas para sentarse en forma de ducha al aire libre o de hoguera alrededor de la cual reunirse. Los terrenos no son aptos para juegos de pelota o similares, sino más bien para sumergirse, bajar el ritmo y disfrutar de la abundante fauna que se acerca. Así que si te gusta la naturaleza, esta casa de vacaciones es ideal para una escapada con los pies en la tierra.

Rørvig ofrece estupendos lugares para comer, un ambiente portuario y una agradable calle peatonal. Durante la temporada alta también hay muchos mercadillos y granjas locales con productos frescos, y en Pentecostés muchos artistas se reúnen y exponen sus obras. Coja la bicicleta y disfrute de los campos ondulados y los bosques verdes antes de llegar a un lugar desde donde se divisa el fiordo, cerca de una pequeña cafetería con tartas caseras y café recién hecho. Con una tranquilidad y belleza liberadoras, puede dar un largo paseo hasta el santuario de aves de Hov Vig, donde podrá ver un águila marina y ponerse colorado. Puede traer a su perro, pero el jardín no está vallado.