Un escondite en el bosque con abundante fauna y tranquilidad

En cuanto atraviese el camino de entrada, densamente arbolado, sentirá que se le caen los hombros y que el ritmo cambia a primera velocidad. Aquí está rodeado de bosque, lo que significa que por la mañana recibirá a menudo la visita de los ciervos, liebres o faisanes de la zona. Toda la casa se mantiene deliberadamente en colores naturales, sólo alterados por pequeñas o grandes obras de arte, por lo que la atención se centra en la estética.

La atmosférica casa de verano de madera está diseñada por un arquitecto, lo que se puede ver y sentir en el desnivel de la casa, los grandes ventanales y los numerosos ángulos extraños, todo lo cual revela que la casa negra enclavada en el bosque es cualquier cosa menos corriente.

Se entra directamente en la cocina, que se ha abierto para que siempre se pueda charlar con los que están en el sofá o en el salón de fuera. La gran mesa de comedor invita a acurrucarse con el desayuno, divertirse construyendo LEGO, haciendo dibujos o disfrutando de una buena copa de vino cuando cae la noche. Frente al sofá encontrarás el corazón de la casa; la acogedora estufa de leña que calienta la casa y aporta tranquilidad. Los tres dormitorios destilan tranquilidad, donde podrás acostarte o disfrutar de tu libro favorito, mientras que el cuarto de baño desprende carácter con su suelo ligeramente irregular y su estilo de cabaña Skagen.

Junto a la estufa de leña, hay acceso a una terraza donde se puede disfrutar tanto del café de la mañana como de bebidas al sol de la tarde. La familia ha bautizado la terraza como el "salón de Saint Tropez", ya que la música del altavoz B&O de la casa y un buen rosado de la tienda de comestibles local avivan rápidamente el ambiente de Saint Tropez. En un rincón verde del gran jardín, encontrará la segunda terraza, donde podrá disfrutar de un merecido almuerzo bajo la sombrilla después de caminar 1,5 kilómetros hasta la pescadería Tom's Fish Shop y hacerse con los mejores pasteles de pescado del país -quizá incluso del mundo-.

La playa de Hou tiene la arena más fina de Dinamarca y, gracias a la poca profundidad de sus aguas, es ideal para los niños. En Hou también encontrará un acogedor puerto deportivo con una deliciosa gofrería. Un poco más lejos se encuentra Hals, donde podrá pasear por tiendas francesas de época, disfrutar de un helado o explorar el antiguo fuerte. Si le apetece una excursión más larga, también puede dirigirse a la impresionante Lønstrup, en la costa oeste, con su hermoso paisaje de dunas y sus acogedores cafés. Mientras esté por estos lares, los niños también pueden divertirse en Fårup Sommerland. Si lo tuyo no son los caballeros, las armaduras y los fantasmas, puedes visitar Voergaard, donde el sueño está garantizado cuando cae la noche.