Somos una familia con tres hijos. Nos encanta venir a Fur, que tiene un ambiente isleño muy especial; hay una naturaleza preciosa y se tiene la sensación de un túnel del tiempo en el que la vida se vive un poco más despacio. Ya durante el viaje en ferry, que sólo dura cinco minutos, te sientes tranquila. Yo, Lone, he venido a Fur toda mi vida, ya que mi abuela y mi abuelo tenían una casa de vacaciones en la isla. Muchas cosas han permanecido inalteradas en la isla a lo largo de las décadas, mientras que nuevos y acogedores cafés, galerías y tiendas van apareciendo aquí y allá.

Para nosotros, la casa de vacaciones es un santuario, con tiempo para jugar, recoger piedras, pasear, leer y comer bien. Lo mejor de la casa es sentarse a disfrutar de las vistas desde la terraza o el salón y seguir la vida salvaje y los cambios de estación en la naturaleza.

Cuando estamos en Fur, nos encanta dar paseos por la costa norte, cerca de la casa de vacaciones. Sobre todo al atardecer, es realmente precioso. La pesca de cangrejos en el puerto y las tortitas en el café "Herrens Mark" son obligatorias, al menos según nuestra hija menor. También se recomienda un delicioso almuerzo y una buena cerveza en Fur Bryghus. La naturaleza es variada y hermosa en toda la isla, pero si tenemos que destacar algunos lugares, se pueden mencionar Knudeklinterne, Færker Odde y la zona en la cima de la isla en "Bette Jenses hyw".