La casa de arquitecto diseñada por Sabine y Olaf se encuentra en el centro de un cráter volcánico, en una parcela natural de 1.150 m². Con unas vistas impresionantes y un ambiente incomparable, esta casa de vacaciones es un sueño para los amantes de la naturaleza.

Tanto el núcleo como la fachada, la terraza y la mayor parte del equipamiento interior son de madera de alta calidad. En el resto de la construcción también se utilizaron materiales naturales para garantizar un clima sano y agradable en la casa. Las contraventanas de madera natural no sólo sirven para protegerse del sol, sino que también crean un ambiente acogedor. Gracias a la sólida construcción y al uso de materiales sostenibles, la casa se mantiene fresca en verano incluso sin aire acondicionado, mientras que la estufa de leña y la calefacción por suelo radiante proporcionan un calor acogedor en invierno.

En la planta baja se encuentra el salón de 5,5 m de altura, que forma el centro de la casa e incluye una cocina abierta, una zona de comedor y acceso a la galería del altillo. Un dormitorio con cama de matrimonio y vistas al valle, así como un cuarto de baño con ducha y sauna, se encuentran también en la planta baja. Un segundo dormitorio con dos camas individuales se encuentra en la galería sobre el estudio. Por la noche se puede admirar el cielo estrellado de Vulkaneifel a través de la claraboya.

Además de tres terrazas, la casa de vacaciones dispone de una zona de pradera con una hamaca. Aquí podrá disfrutar plenamente de la naturaleza y la tranquilidad del entorno, mientras pasan de vez en cuando algunos ciervos.

En los alrededores se pueden realizar muchas actividades. Hay una estación de esquí a sólo 20 minutos en coche. También hay varios maares cerca de la casa, como el lago volcánico y el Pulvermaar, donde incluso se puede nadar. Los excursionistas también sacan partido a su dinero en este paisaje sin igual.